GARDEL Y DICIEMBRE

“Quiero emborrachar mi corazón para apagar un loco amor que más que amor es un sufrir y aquí vengo para eso, a borrar antiguos besos en los besos de otra boca” decía Enrique Cadícamo mientras los acordes de Cobián vistieron de inmortalidad uno de los más bellos Tangos que se han creado: Nostalgias. Lleno de dolor y de rencor, el Tango no conoce de malas Letras, es un Género que sólo sabe de excelencia y que combina la decepción amorosa con la esperanza de conseguir el corazón de la amada que causa las lágrimas. No es un Género de moda ni en auge, quien ama el Tango lo hace porque quedó atrapado entre el fuelle del bandoneón y las curvas de la guitarra arrabalera; aproximadamente desde la mitad del siglo pasado el Tango murió en cuanto a nuevas creaciones, el Tango es pasado, se cantan las mismas Letras y son tantas Letras y de gran calidad que no hacen falta nuevos Tangos, salvo destacadas excepciones como “No hace falta que te diga lo demás” de la Autoría del extraordinario Pablo Ahmad quien ya radica en México desde hace algún tiempo llenando de Arte los escenarios aztecas. El Tango se baila en las milongas al sentido inverso de las manecillas del reloj porque no muere nunca y el tiempo no avanza cuando se baila y quien se autodenomina “tanguero” no es ni viejo ni joven, aburrido o alegre, sencillamente ama la buena música y descubre en el Tango la mejor música.

Diciembre es el mes Máximo del Tango. El 11 de diciembre de 1890 nacía en Toulouse, Francia, el niño Charles Romuald Gardes, el Hombre inmortal que el mundo recordará por siempre como Carlos Gardel. Gardel no creó el Tango pero fue crucial en su consolidación y auge y es que este Género se forjó a través del tiempo por una mezcla de razas y ritmos y gracias al esfuerzo de varios Genios como Ángel Villoldo “El Padre del Tango” y otros más que llevaron el incipiente Tango a Francia donde consiguió un éxito rotundo, aplastante, que le hizo volver a Argentina y Uruguay con una categoría que nadie pensó que tendría algún día. Lo anterior coincide con otro suceso más que relevante, fundamental diría yo: Carlos Gardel canta el primer Tango – Canción llamado “Mi noche triste” en 1917 con la Letra de Pascual Contursi y la Música de Samuel Castriota.

Y la cereza en el pastel también lleva la marca de Carlos Gardel…el uruguayo Gerardo Matos Rodríguez escribe en un estado febril las notas de una pieza instrumental que sería llamada “La Cumparsita” y a la cual el Músico Roberto Firpo le da los ajustes necesarios musicalmente hablando para estrenarla ante el público, pero pasados unos meses y como parte de un estreno musical, Pascual Contursi y Enrique Maroni le “agregan” una Letra no autorizada a “La Cumparsita”, también llamándola “Si Supieras” y es Gardel quien interpreta estos versos. Desde ese momento inicia la gloria suprema de “La Cumparsita/Si Supieras” y se convierte en el Himno del Tango, en el Tango de todos los Tangos. Muerto Gardel en 1935, el Tango siguió floreciendo afortunadamente gracias a la calidad de las Orquestas de mitad del siglo pasado…después de esto el Tango queda indefinidamente flotando en el tiempo, se convierte en un Género que no crea nuevas Letras (me refiero a producción masiva de nuevo material) pero las Orquestas del momento le siguen y seguirán dando brillo a este Género inmortal…y gracias a 5 maravillosos Genios musicales de esta Época es que el Tango se mantiene más vivo que nunca y de ellos quiero hablarles en el próximo Artículo.

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